PRESENTACIÓN DEL LIBRO

Haga click aquí para ver la portada del libro.

“Un inestimable aporte a llenar el vacío existente”

Palabras de Jesús Pastor García Brigos/
Presentación del libro “Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento”,
de Arnold August, 19 de noviembre 2015



(de der. a izq.) Arnold August, Jesús García y Lázaro Barredo.
Foto: José Raúl Concepción/Cubadebate

Doctor en Ciencias Filosóficas. Investigador Titular del Instituto de Filosofía. Varios libros, entre otros: "Gobernabilidad y Democracia: Los Órganos del Poder Popular en Cuba".

Delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular de Plaza de la Revolución desde 1986 hasta mayo del 2000. Vuelve a ser electo en noviembre del 2005 hasta 2007. Reelecto Delegado en 2007. Delegado a la Asamblea Provincial de Ciudad de la Habana desde 1989 a 1998, Presidente del Consejo Popular Vedado-Malecón dentro del Municipio Plaza de la Revolución desde 1991 a 1995.



Foto: Bohemia

“Un inestimable aporte a llenar el vacío existente”



José Martí

Palabras de presentación del libro “Cuba y sus vecinos:
Democracia en movimiento”, de Arnold August, 19 de
noviembre 2015, Jesús Pastor García Brigos

«Hace ya más de 120 años, en carta a Benjamín Guerra y Gonzalo de Quesada firmada el 10 de Abril en Cabo Haitiano, José Martí escribía: “De ensamiento es la guerra mayorque se nos hace: ganémosla a pensamiento.”

¿Es una “verdad de Perogrullo” decir que la lucha ideológica en el contexto cubano actual es más compleja que en 1959, o en la década de los ochenta del pasado siglo?

Y, como ocurre con los verdaderos amigos – que no llegan cuando los llamas, sino están a nuestro lado sin llamarlos cuando los necesitamos- es precisamente en estos momentos que tenemos con nosotros el libro de Arnold August “Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento”, como siempre hemos tenido ya en numerosas batallas a su autor, un verdadero amigo de Cuba.

Arnold nos visitó por primera vez en 1991. Y afirmaría sin temor a equivocarme, que Cuba se ha colocado en un lugar preferente en su vida. Así lo ha demostrado su permanente e intensa labor de solidaridad, muy en especial toda la actividad que desplegó en la lucha por la liberación de nuestros cinco héroes prisioneros del imperio, su labor periodística y como académico, enfrentando las campañas de desinformación sobre nuestra Revolución, y su sistemático trabajo de investigación acerca de nuestra sociedad, especialmente dirigido a profundizar en la realidad de nuestra vida política, en particular nuestro Sistema del Poder Popular.

La obra que hoy se presenta por segunda vez, después de haber tenido el honor de asistir a su primera presentación por el compañero Ricardo Alarcón en la Feria del Libro de La Habana de este año, es su segundo libro sobre Cuba.

El primero, “La Democracia en Cuba y las elecciones de 1997- 1998”, vio la luz en Inglés publicado por la Editorial José Martí. Es una obra que, con el rigor a que nos tiene acostumbrados, no solo aborda el sistema electoral cubano, analiza el caso específico de un proceso, sino brinda un análisis histórico de los antecedentes del actual sistema, de mucho valor para la comprensión de las esencias del proceso de transformaciones iniciado a partir de 1959.

Junto con “Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento”,- estos dos libros representan un inestimable aporte a llenar el vacío existente en cuanto a las publicaciones que contribuyan al necesario conocimiento y el análisis crítico riguroso y desde posiciones consecuentemente revolucionarias, de los fundamentos y el funcionamiento de nuestra vida política, especialmente lo concerniente al Sistema del Poder Popular, decisivo para la consolidación de nuestro proceso de transformación socialista.

Esta obra puede resultar polémica en muchos aspectos. Y como en una presentación no se trata de hacer una reseña crítica, solamente me referiré a algunos aspectos con el ánimo de motivar a su lectura.

Desde mi punto de vista, ya es una obra polémica por el propio concepto que asume como eje de la misma, -el concepto de democracia-, surgido en el contexto de sociedades clasistas y “secuestrado” por los teóricos y políticos del capitalismo desarrollado.

Pero más que extenderse en cuestiones teóricas, - no porque el autor las desconozca o porque asuma burdas posturas pragmáticas que ignoran y desprecian la teoría- el mayor de los valores de este libro se encuentra en llevarnos a reflexionar sobre las esencias que debemos buscar cuando abordamos el tema de la democracia política, a partir del análisis de las prácticas concretas de sistemas democráticos diferentes, sobre la base de la propuesta de lo que denomina “democracia en movimiento”.

No vamos nosotros tampoco a extendernos en los indispensables temas teóricos; porque además no es el tema de la democracia el único que necesita hoy ser discutido con rigor en nuestro país. Solamente queremos coincidir con Arnold en su libro en cuanto a que es un tema que decide y es imprescindible abordar, para no dejarnos confundir con propuestas “novedosas” que circulan en nuestro contexto. Es un tema que tienen que ser prioritario para avanzar en la medida que es necesaria y posible hoy, -basándonos en las propias potencialidades y fortalezas generadas en estos años de transformación socialista,- más allá de enfoques y prácticas liberales presentes aún en nuestrosistema estatal que constituyen importantes lastres en nuestro procesoemancipatorio socialista.

Afortunadamente contamos con este libro de Arnold, que esperamos pueda tener la necesaria difusión entre profesores, investigadores, delegados y Diputados y nuestro culto pueblo en general.

Es una obra para contribuir a continuar diseñando e implementando en la práctica nuestra “democracia en movimiento”, como “poder del pueblo”- entendido el pueblo, no como una abstracción homogeneizante y en definitiva desmovilizadora, sino en su contenido político histórico y concreto, como lo hizo nuestro Comandante en Jefe en su alegato de defensa La Historia Me absolverá:

entendido el pueblo en su contenido político, como los interesados en consolidar el contenido socialista de nuestro desarrollo.”

El libro de Arnold, nos presenta el tema de la democracia de un modo original, en dos planos que están íntimamente relacionados.

En una primera parte, “Reflexiones sobre la democracia” aborda importantes elementos generales referidos al concepto de democracia, a través del estudio de “diferentes tipos de democracia, como los que encontramos en los vecinos de Cuba: los Estados Unidos, Venezuela, Bolivia y Ecuador. En esta parte- continua Arnold destacando en el capítulo 1 de su libro- se aborda brevemente la visión etnocentrista de los Estados Unidos sobre la democracia como una consecuencia (y la más notable expresión en la actualidad) del eurocentrismo. Este centrismo occidental– o como lo califica Ricardo Alarcón en el prólogo del libro, el “usacentrismo, característico de un amplio sector de la academia occidental que suele tratar el tema de la democracia asumiendo en el lector una ignorancia que se empeñan en solidificar”- es la fuente principal de las concepciones erróneas sobre el concepto de democracia”.

Y en las partes segunda tercera – que ocupan más de la mitad del libro- “Cuba: constituciones, elecciones y nuevos estados” y “Cuba contemporánea: el desafío de la democratización”-, sin proponérselo, -por los sectores a los que dirige el libro, como declara en el Prefacio a la Edición Cubana, y por haber sido concluido a principios de 2014- completa un enfoque que nos entrega elementos indispensables para enfrentar exitosamente, sin ingenuidades ni omisiones imperdonables, el momento actual en el desarrollo de la sociedad cubana.

En particular, para comprender el vínculo objetivo entre el proceso que tiene lugar con el gobierno de los Estados Unidos y el proceso de todos los cambios que necesitamos y es posible hacer para consolidar nuestro socialismo próspero y sostenible: un proceso que emprendimos por decisión propia, llevamos adelante en el contexto de la implementación de los Lineamientos del VI Congreso y los Acuerdos de la Primera Conferencia Nacional del Partido, y tendrá un momento crucial en la celebración del próximo VII Congreso de nuestro Partido.

En el mismo espíritu del “autor intelectual” de nuestra Revolución, los cubanos tenemos que tener claridad hoy respecto a que “En cosas de tanto interés, la alarma falsa fuera tan culpable como el disimulo. Ni se ha de exagerar lo que se ve, ni de torcerlo, ni de callarlo. Los peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se los puede evitar. Lo primero en política es aclarar y prever.”

Con ese espíritu, fue escrito y podemos hoy recibir el libro de Arnold August, que llega en un momento que demanda de publicaciones sobre estos temas, con rigor y compromiso político.

En todo este proceso de restablecimiento de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos para mí existe una pregunta cuya respuesta es clave: ¿por qué ahora es el momento escogido por el gobierno de Estados Unidos – quizás mejor sería aclarar, por el poder que realmente gobierna en Estados Unidos a través de sus instituciones para restablecer relaciones diplomáticas y comenzar un proceso de “normalización de relaciones” ?

Los gobiernos de los Estados Unidos no dan ningún paso sin analizar como el mismo influye en el cumplimiento de sus objetivos estratégicos de dominación: este es uno de los temas que argumenta claramente el libro de Arnold August.

No estamos ante una pura especulación académica.

Además de los muchos estudios que sistemáticamente elaboran los llamados “tanques pensantes” destinados a contribuir a la elaboración de las políticas de los gobiernos de Estados Unidos, resultan relevantes para comprender lo que se encuentra en el fundamento de sus pasos actuales, los elementos que Arnold expone en su libro, especialmente en el epígrafe “La política exterior de Obama: la “nueva cara” y Cuba”. Convencido de que “Ni se ha de exagerar lo que se ve, ni de torcerlo, ni de callarlo. Los peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se los puede evitar. Lo primero en política es aclarar y prever”, Arnold en la página 53 de su libro, -escrito mucho antes de los “cambios actuales” del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba,-denuncia el “propósito más bien audaz de intentar, una vez más, derrocar el sistema político de Cuba con otras tácticas. La posición sostenida por algunos de que el bloqueo tal como era en la época de Bush “no funcionó” es una suposición peligrosa, porque abre la puerta a nuevos métodos que sí funcionarían…..(…) lo que está sucediendo con Obama no es simplemente una continuación o “más de lo mismo” como ocurría con Bush. Obama representa una ofensiva o un aumento de las políticas de dominación, no solo una preservación del status quo. Junto con los viajes y las remesas, Obama encabeza otras políticas encaminadas a la subversión y otros medios para tratar de desestabilizar y finalmente derrocar el orden constitucional existente en Cuba. Este nuevo asalto solo podía tener lugar con una “nueva cara” en la Casa Blanca.”

Estas anticipadoras ideas son confirmadas precisamente ya en las declaraciones del propio Presidente Obama el mismo 17 de Diciembre de 2014, cuando con honestidad y sinceridad sorprendentes, luego de iniciar su discurso declarando que pondría fin a “un enfoque anticuado que durante décadas no ha podido promover nuestros intereses.”, afirma: “No creo que podamos seguir haciendo lo mismo que hemos hecho durante cinco décadas y esperar un resultado diferente”.

¿Significa esto que los intereses que gobiernan en Estados Unidos van a dejar de “seguir haciendo lo mismo” que hasta ahora?; ¿a qué “resultado diferente aspira el Presidente Obama” como fiel exponente de esos intereses?;¿como quieren ahora alcanzar esos resultados?

Pienso que ningún cubano honesto, o cualquier persona bien informada, necesitará que se le explique cuáles son los valores que tiene interés en continuar promoviendo en Cuba el gobierno de los Estados Unidos. Y es muy importante tener muy claro y presente lo que en los últimos años han hecho en Honduras y están haciendo contra los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Venezuela, que es objeto de análisis en el libro que presentamos hoy.

Los valores son los mismos que en el siglo XIX llevaron a José Martí a escribir el texto conocido como Vindicación de Cuba, o que se expresaban en la doctrina oficial del gobierno de EEUU en ese mismo siglo, según la cual la frontera sur natural de los Estados Unidos es la costa Sur de Cuba. Esos valores no han cambiado. Ni van a cambiar mientras allí exista el gobierno del capital, expresado hoy en la hegemonía del complejo militar industrial.

Luego de más de cincuenta años de victoriosa resistencia de nuestro pueblo, se alza ante nosotros el reto de que nuestro enemigo considera haber llegado el momento propicio para destruir la soberanía e independencia conquistada con tanto esfuerzo, mediante el apoyo a “ la sociedad civil” en Cuba, porque, como han planteado, “Si bien Cuba ha hecho reformas para abrir gradualmente su economía, continuamos pensando que los trabajadores cubanos deben tener la libertad de crear sus sindicatos, así como los ciudadanos deben tener la libertad de participar en los procesos políticos.”. El señor Obama está convencido de que “… a través de una política de compromiso, podemos, de una manera más eficaz, defender nuestros valores y ayudar al pueblo cubano a que se ayude a sí mismo a medida en que se adentra en el siglo XXI.”…” poniendo fin a las restricciones innecesarias a sus actividades políticas, sociales y económicas.”

Cuba hoy lleva a cabo un complejo proceso de transformaciones en la actividad económica. Enfrentamos la objetiva necesidad de producir más, con más eficiencia, calidad, eficacia, para competir exitosamente en el hostil contexto del capital globalizado neoliberalmente- que no desaparecerá con el levantamiento del bloqueo y todas las actuales restricciones impuestas por Estados Unidos- manteniendo nuestro sentido socialista de desarrollo.

Hoy, como nunca antes quizás, la política es decisiva para mantener el rumbo emprendido hace más de cincuenta años. Una política para conducir las necesarias transformaciones económicas; una política con nuevos contenidos, articuladora de la totalidad del sistema de relaciones sociales, que requiere de nuevos enfoques y conceptos diferentes para una práctica transformadora capaz de trascender todo rasgo de reproducción alienante.

Para los cubanos de hoy la democracia cobra expresión concreta en los portadores del sentido de transformación socialista. Cuando hablamos de ella, hablamos en primer lugar de poder de las fuerzas interesadas en mantener esa orientación.

No podemos dejarnos llevar irreflexivamente al uso de conceptos más o menos populares, como ocurre con el manido concepto de democracia como “poder del pueblo”, en abstracto, o el de Sociedad Civil.

O, si aceptamos usarlos, -por una necesidad de comunicación en el contexto del sistema del capital en el que Cuba se desenvuelve hoy, con sus propuestas teóricas y políticas en particular, consolidadas y recicladas sistemáticamente para su reproducción,- debemos asumir la posición crítica de los que nos planteamos un modo de reproducción social completamente diferente.

El libro de Arnold, dedica más de la mitad de sus páginas precisamente a brindarnos elementos indispensables para ese análisis crítico y la elaboración de las propuestas de cambios que corresponde a nosotros diseñar e implementar. Y no lo hace como es usual encontrarnos, asumiendo la posición del especialista que viene a “dictar cátedra” de lo que se debe hacer.

Arnold se adentra en el funcionamiento de nuestro sistema, llama la atención acerca de comportamientos en nuestros procesos, sobre los cuales necesitamos profundizar en nuestros análisis – como lo ocurrido con el voto unido, que disminuye “drásticamente del 90,90% en 2008 al 81,29% en 2013” (página 230) o, relacionado con esto, como se comportan los porcentajes de votación recibidos por los diputados en las elecciones desde 1993 hasta 2013 – recogido en la tabla 7.10 elaborada por el autor a partir de datos publicados en el periódico Granma. Y nos brinda sus resultados interactuando con los protagonistas, poniendo a nuestra disposición elementos acerca de los procesos reales, y las reflexiones y propuestas de esos protagonistas, que son trabajadores, estudiantes, Delegados y Diputados, e investigadores, el pueblo interesado en perfeccionar nuestro socialismo.

Coincido con Arnold cuando en las palabras finales de su libro afirma que en Cuba están realmente las posibilidades de hacer los cambios necesarios para perfeccionar “todo el sistema político y económico”, al mismo tiempo que no podemos cerrar los ojos ante los grandes retos que se alzan ante nosotros, y los peligros que enfrentamos, entre los que señala los “indicios de estancamiento”…que encontramos en los “burócratas y los corruptos que abundan entre ellos, para quienes el empoderamiento de los ciudadanos, especialmente del pueblo trabajador, es una amenaza para sus propios privilegios” .(p. 298)

Una fortaleza muy importante para enfrentar exitosamente los retos es precisamente el carácter innovador que ha caracterizado nuestro proceso desde la propia gestación del movimiento que dio inicio a los cambios sociales profundos a partir del primero de enero de 1959.

Una vez más se pone en primer plano algo en lo que Fidel Castro ha sido siempre un verdadero genio: cumplir con la necesidad de que los pasos tácticos, dando respuesta a las urgencias del día a día, no se convierta en el objetivo, sino el paso necesario y suficiente para consolidar el sostenido avance con la orientación estratégica planteada hace más de cincuenta años.

Y, más que nunca antes sentimos la necesidad del debate franco, transparente y profundo, respecto a lo cual coincidimos también con Arnold que se conforma uno de los importantes retos del momento: la importancia de comprender que hoy se alza ante nosotros la disyuntiva, según sus palabras, de la “anexión a los Estados Unidos, por un lado, o la soberanía y el socialismo cubano rejuvenecido, por el otro. Es una lucha de vida o muerte.”

Hoy se manifiesta con más fuerza que en momento alguno anteriormente, que la transformación socialista es un proceso esencialmente político, aunque por supuesto la economía es factor determinante en su desarrollo exitoso. Cuba hoy necesita cambios en la economía pero estos cambios económicos exigen, para su real tributo a un sentido socialista de desarrollo, ser acompañados o en lo posible ser adelantados, por cambios en la actividad política. La inadecuada atención a esta dialéctica puede generar tendencias opuestas al sentido socialista de desarrollo, que ya hoy se manifiestan en diversos espacios de nuestra sociedad.

Como ha señalado el General de Ejército Raúl Castro: “O rectificamos o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos, como dijimos con anterioridad, el esfuerzo de generaciones enteras, desde el indio Hatuey, que vino de lo que hoy es la República Dominicana y Haití- el primer internacionalista en nuestro país- , hasta Fidel, que nos ha conducido genialmente por estas situaciones tan complicadas desde el triunfo de la Revolución.”



Raúl Castro

El papel decisivo de la política en la fase actual de desarrollo de nuestra sociedad exige actuar sobre errores e insuficiencias erradicándolos definitivamente, para consolidar el desarrollo progresista sostenido, en las difíciles condiciones que enfrentamos. Estas condiciones han de hacerse cada vez más complejas en el futuro inmediato, independientemente de los cambios favorables en el contexto internacional a partir de la Revolución Bolivariana en Venezuela, los procesos en Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Uruguay, Argentina, la propuesta en marcha de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA), y el esfuerzo integrador que se busca materializar en la constitución de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC).

Porque las complejidades se encuentran incluso asociadas a las propias potencialidades generadoras de fortalezas, entre otras cosas por los vínculos entre el contexto externo y los procesos al interior de nuestra sociedad, teniendo en cuenta que en esencia nos mantenemos dentro de un contexto de relaciones de capital que se expresa en todas las facetas de la reproducción social con especial fuerza desde la organización y funcionamiento de los procesos productivos.

Hoy la guerra, más que económica o militar, se plantea de pensamiento, y hay que enfrentarla con pensamiento, como nos pidió José Martí , convencidos de que la sostenibilidad de nuestro proceso de construcción socialista es la única garantía de nuestra existencia como Nación libre, independiente y soberana.»

Fuente: Cuba Siglo XXI

Para leer los reportajes, ver el video del Noticiero Nacional de la Televisión Cubana, y leer las Palabras ofrecidas por el otro presentador, haga click aquí