Versión en español de la publicación en inglés: The Bolivarian, Year 3, No. 5, Quarterly Magazine, 2015, Canadá. Publicado por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Canadá.
por Arnold August.
Bajo el peso de preguntas incisivas por parte de los periodistas presentes en la micro conferencia de prensa del 10 de marzo de 2015, un día después de que Obama firmara una orden ejecutiva contra Venezuela, la portavoz del Departamento de Estado Jen Psaki declaró: —La meta de estas sanciones es persuadir al Gobierno de Venezuela que cambie de comportamiento.[1] ¿Será el comportamiento de este último lo único preocupante?
Desde 1988, cuando el comandante Hugo Chávez ganó las elecciones y ahora con el liderazgo del Presidente Nicolás Maduro, la característica principal de este comportamiento ha sido la de desarrollar nuevos experimentos en materia de democracia participativa. Esto significa el ejercicio del poder político popular en actos concretos y el razonamiento político. Los proyectos incipientes de democracia participativa suplantan la democracia representativa, cuya característica principal es la de restringir el poder del pueblo de manera a fiarse en los representantes elegidos por ese medio. La democracia participativa ha ido resultando en la fusión de representantes electos en todos los estratos sociales que participan en la vida política, social y económica del pueblo, lo cual incluye a los líderes gubernamentales.
Ahora es cada vez más difícil distinguir entre liderazgo y poder popular. De manera que la principal preocupación de la Administración de Obama es que la Revolución Bolivariana constituye una verdadera revolución en la cual los protagonistas principales son los mismos miembros del pueblo. El apuntar al comportamiento del Gobierno de Venezuela constituye un subterfugio para evadir el hecho de que la Revolución no surge de arriba. Esta Revolución ha logrado triunfos donde otras han fallado, —promueve una relación dialéctica entre los mandos superiores y los mandos del pueblo. La Revolución Bolivariana representa una revolución en la cultura política: se distingue sobre todo porque cada persona es su propio libertador, y esta liberación solo es posible gracias a su ejercicio cotidiano, ningún otro medio puede resolver este dilema. El pueblo venezolano está cada vez más consciente de ello.
Esta es la verdadera preocupación de Obama respecto del comportamiento del Gobierno de Venezuela: Estados Unidos no está haciendo frente únicamente a un gobierno, sino a una revolución que va ganando en fuerza y madurez a medida en que se defiende. Esto no quiere decir que no pueda o vaya a haber reveses. Pueden ocurrir contratiempos ya que Venezuela está evolucionando en un contexto muy complicado, en el cual el Gobierno de los Estados Unidos y los medios de comunicación internacionales están poniendo a Venezuela en el punto de mira. No obstante, en mis visitas al país he notado que la Revolución Bolivariana se ha convertido en una fuerza material detectable, y en mi opinión indestructible.
Su vitalidad, tal como se la percibe en el fuego de la acción, sirve de ejemplo a otros países particularmente a los de América Latina y el Caribe. En esta región, una de las más dinámicas del mundo actual, los medios alternativos (tales como Telesur y los medios sociales) permiten que las personas sigan las noticias y lleguen a sus propias conclusiones respecto de sus países respectivos. Por consiguiente uno no puede subestimar el potencial de los efectos positivos del experimento venezolano en otros países. Esta es la primera de las preocupaciones verdaderas de Obama respecto del comportamiento venezolano, de ahí que busque crear una división entre el gobierno y el pueblo.
¿Cuál es la segunda preocupación? En 2011, Obama declaró: —[…] mismo si explotamos cada una de las reservas a nuestra disposición, no podemos eludir el hecho de que solo controlamos el 2% del petróleo mundial y de que consumimos más de una cuarta parte del petróleo que hay en el globo.[2] En la actualidad, Venezuela posee las reservas petroleras comprobadas más grandes del mundo. El problema resulta en que el gobierno de los Estados Unidos de momento no puede extender el control de sus reservas nacionales relativamente limitadas sobre las reservas pertenecientes a Venezuela.
Esta segunda preocupación verdadera está íntimamente ligada a la primera, es decir, la de la nueva cultura del poder del pueblo. Con el inicio del mandato de Hugo Chávez, por vez primera en la historia de ese país, el producido de esos hidrocarburos se ha utilizado en beneficio de las amplias mejoras realizadas en todas las facetas de la vida venezolana, lo cual comprende los ámbitos sociales, de salud, educación, cultura y deportes. La preocupación de Obama se debe a que por lo general la gente del pueblo está consciente de ello porque está trabajando en la producción y aplicación de los fondos de esta fuente de ingresos en beneficio propio. El pueblo está muy consciente de la fuente de esas mejoras en su vida diaria y se consideran aliados del liderazgo en lo tocante a la puesta en práctica de los nuevos programas. De manera que ambas preocupaciones por estar íntimamente ligadas inquietan a Obama.
[1] Jen Psaki, micro conferencia de prensa de la portavoz del Departamento de Estado de los EE.UU., Washington, DC, marzo 10 de 2015, http://www.state.gov/r/pa/prs/dpb/2015/03/238718.htm.
[2] Barack Obama, conferencia de prensa del Presidente de los EE. UU. desde la Oficina del secretario de prensa de la Casa Blanca, marzo 11 de 2011, https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2011/03/11/news-conference-president.